¿Los cambios de potencia cuestan dinero?

Cambiar de potencia siempre tiene un coste regulado. La distribuidora cobra esos cambios, a través de MÁSMÓVIL ENERGÍA somos meros intermediarios. Además, es un gasto inevitable.

Ese coste se compone de dos cantidades. Por una parte 10,94€ (IVA incluido) que se cobran por realizar cualquier tipo de cambio. Por otro lado, si aumentas la potencia, se cobrará alrededor de 4,50 € por cada 0,1 kW aumentados.

Por ponerte un ejemplo: si reduces tu potencia, pagarás 10,94 €. En cambio, si aumentas 0,2 kW de potencia contratada, pagarás 19,92 € (los 10,94 € por realizar un cambio y 8,98 € por el aumento de potencia).

Puedes estimar lo que te costaría el cambio entrando en nuestro formulario de venta y llegando al tercer paso (el de “Tu producto de luz”). También tienes que tener en cuenta que si vives en Canarias, se te aplicará el IGIC en vez del IVA (aunque, con ciertas condiciones, puede no aplicarse).

En nuestro proceso de alta verás claramente desglosados los posibles costes y en caso de duda, puedes contactar con nosotros y un agente te asesorará en todo lo que necesites de forma gratuita.

En MÁSMÓVIL ENERGÍA siempre se recomienda mantener la misma potencia, a no ser que las necesidades del usuario cambien considerablemente y sea indispensable hacer un aumento o una disminución. Si eso sucede es imposible esquivar el pago del coste correspondiente, por eso el objetivo siempre será evitar un cambio de potencia.

Hoy en día está abierta la opción de consultar un posible cambio de potencia con un experto de MÁSMÓVIL ENERGÍA. Además, contamos con un servicio de optimización de potencia diseñado para que cada cliente tenga la potencia que necesite e incluso pueda ahorrar en este sentido. Además, este servicio de optimización también está disponible para aquellos clientes que tienen placas solares. De hecho, en estos casos las necesidades de potencia son revisadas de forma periódica con el objetivo de que la persona pueda ahorrar.

Hay que tener en cuenta que si se tiene más potencia de la que se necesita se tendrá que abonar una factura más alta, mientras que si se tiene una potencia más baja de la necesaria, el coste de la factura será inferior, pero las necesidades no se verán cubiertas. El objetivo siempre es encontrar el equilibrio entre cubrir las necesidades y pagar el precio más económico por ello.